La palabra Yoga se escucha en todas partes y es una disciplina que se practica en gran parte del mundo. Con una amplia diversidad de estilos, métodos, técnicas y corrientes, el yoga está tomando su lugar como una actividad que complementa el estilo de vida de millones y millones de habitantes en todo el orbe. Quienes asisten a una clase de yoga lo hacen por diversos intereses y necesidades, desde curiosidad y bajar de talla, hasta curarse de una dolencia en la columna vertebral, eliminar el estrés, experimentar paz, felicidad o encontrar un camino espiritual.
Pero, aunque la palabra Yoga es muy conocida, constantemente surgen preguntas: ¿qué es el yoga?, ¿cómo es que alguien encuentra paz y otra persona baja de talla y otra elimina su dolor de columna y otros encuentran la anhelada felicidad? pero hay también quien deserta después de la primera clase, diciendo: “el yoga no es para mí”. ¿Cómo es que el yoga puede resolver necesidades tan diversas?
La palabra yoga se deriva de la raíz sánscrita Yuj que significa atar, juntar, unir; se le llamaba yuj a la pieza de madera de un arado que “une” a los dos animales de carga, mulas o bueyes.
Este término se adoptó en las primeras enseñanzas espirituales de los Vedas [1] y Upanishads [2] y se transformó en la palabra Yoga que se refería a las prácticas tanto meditativas como físicas y devocionales para unir, juntar, o integrar las diferentes energías del ser, a nivel físico, mental y emocional, en una integración o unión dirigida hacia el bienestar y felicidad.
Posteriormente estas diferentes prácticas de yoga fueron cobrando diferentes énfasis, hubo escuelas y maestros que enfatizaban en las prácticas meditativas y ascéticas y se constituyeron como practicantes de Raja Yoga, Buda fue uno de ellos. Otras corrientes vieron el camino de transformación a través de la entrega al maestro y a las prácticas devocionales y acuñaron el término Bhakti Yoga, mientras que los que veían el camino de la transformación a partir de la entrega al trabajo voluntario desinteresado y para beneficio de otros llamaron a su práctica Karma Yoga. Finalmente, en el siglo XVII se acuñó el término Hatha Yoga, que significa el Yoga del Esfuerzo donde las asanas (posturas) y el pranayama (control de la respiración) se presentan solo como un preámbulo para llegar al Raja Yoga. El término Hatha también se refiere a la unión de la energía Solar (activa) con la energía Lunar (contemplativa).
Si unimos los aspectos de Raja, Bhakti, Karma y Hatha, tenemos que el yoga es una disciplina que enriquece al ser en su totalidad, generando bienestar físico, mental y emocional. El Yoga incluye prácticas de meditación para adentrarnos a la atención, calma y claridad (Raja); incluye la recitación de versos y cantos de mantras y visualizaciones o tan solo el sonido de OM, que conectan con la devoción (Bhakti); tenemos la práctica de asanas para desarrollar procesos de auto-sanación de los diferentes sistemas del cuerpo (Hatha), y finalmente aprendemos a desarrollar acciones (Karma) amorosas, desinteresadas y compasivas hacia más y más seres.
Al poder integrar Raja, Karma, Bhakti y Hatha, el Yoga se convierte en una vía para salir del sufrimiento: DUKHA y caminar el camino de la felicidad: SUKHA
Dukha se traduce como sufrimiento. Es ese pesar, descontento, queja y ansiedad que se manifiesta constantemente y en diferentes dosis e intensidades, desde el sufrimiento de un dolor de cabeza o espalda hasta el sufrimiento que nos causa el estrés o la depresión e incluso ese sufrimiento que surge tan solo al pensar que nuestra felicidad de hoy puede desaparecer mañana. Todos sufrimos en diferentes momentos y por diferentes razones.
Por otra parte, Sukha, se traduce como felicidad, pero más bien se refiere a un estado de tranquilidad clara que surge independientemente de las condiciones externas. Sukha no depende de satisfacer necesidades materiales, sociales o sentimentales sino de un fluir de energía pacífica y noble independiente de las circunstancias de la vida. Sukha puede estar presente en momentos dolorosos.
Ambos términos Sukha y Dukha tienen la raíz; Kha que significa Espacio. Dukha se refiere a la sensación de espacio cerrado y Sukha de espacio abierto. En este sentido:
YOGA ES UNA PRÁCTICA PARA APRENDER A TRANSITAR DE DUKHA A SUKHA. IR DE UN ESPACIO CERRRADO O UNO ABEIRTO.
Sin embargo, es fácil alejarnos de este objetivo central del yoga. Nos podemos quedar practicando yoga solo para adquirir fuerza, flexibilidad, equilibrio, tener una dosis positiva de adrenalina o para salir momentáneamente del estrés, pero continuamos con los mismos hábitos de vida que producen ese estrés y que enferman nuestro cuerpo y mente.
Si practicamos el yoga solo para el disfrute de sensaciones físicas, notaremos que una vez fuera de la aventura excitante del tapete de yoga, nos sumergimos de nuevo en la ansiedad, las emociones aflictivas, en el miedo a la vida y en un estado alienado que nos consume.
Si se usa el yoga solo en su aspecto de “fitness”, o como un recurso de aumentar adrenalina y tener una especie de gozo pasajero, estamos perdiendo la oportunidad de iniciar el viaje hacia adentro y de ver esos destellos luminosos que conectan con la anhelada paz interior.
El yoga es una disciplina y un camino espiritual con varios métodos y muchas técnicas, y es importante no confundir la técnica con el método ni éste con objetivo: aprender a integrarnos y salir de la esfera del sufrimiento.
Con su origen en enseñanzas védicas y consolidándose con enseñanzas del jainismo, budismo, e hinduismo y recientes descubrimientos de la neurociencia, la biomecánica del movimiento y las ciencias somáticas, el Yoga contemporáneo es una opción gozosa y accesible para encontrar al menos un remanso dentro de la vorágine de experiencias del mundo actual.
El yoga es una ventana para que entren los vientos de la serenidad.
[1] Veda: significa literalmente “ver” o “conocimiento” y se refiere a los textos más antiguos de carácter místico y ritual. (siglo V a II A.C)
[2] Upanishads: son los textos más antiguos del hinduismo (siglo VII a XVIII)
Texto escrito por Jñana Dakini.
